martes, 24 de septiembre de 2013

Aniversario


Vivencias de siete lustros
que llenan nuestra existencia,
cabalgando por la mente
sobre cuadrigas doradas.

Sentimientos compartidos
en el valle de la vida,
sobre una alfombra verde
repleta de rosas rojas.

Sinsabores y amarguras,
espinas bajo las plantas,
laberintos insalvables,
encontrando las salidas.

Respeto y tolerancia,
generosidad en el alma,
la clave es la palabra
para salvar discrepancias.

Continuamos camino,
seguimos con las andanzas.
Vivencias de siete lustros,
otros siete nos aguardan.

sábado, 7 de septiembre de 2013

Veranos de cosecha

Espigas doradas vencidas en el suelo,
preñadas de granos de esperanza,
reposando sobre el ocre de la tierra,
recogidas en gavillas por las manos,
rebosantes de fuerza y de vida,
de segadores atezados en el campo.

Las hoces cercenaron su existencia,
dando a luz a ilusiones compartidas.
La cosecha como pago del trabajo,
de labradores curtidos en la sierra,
a base de sudores y fatigas,
para dar de comer a sus  familias.

Los fajos extendidos en la era,
sobre las piedras ordenadas al efecto,
esperando que el trillo los deshaga,
separando los granos de la paja.
Al ritmo de una jota soberana,
las caballerías danzan que te danzan.

Y después de la trilla, el aventado.
Las horcas lanzadas hacia el cielo,
elevando la montonera al infinito,
al encuentro del viento esperado.
Las talegas henchidas al granero,
la dorada paja para su uso cotidiano.

Y al final de la jornada, derrengados,
una frugal cena a la luz de los candiles,
y el merecido descanso en la cambra,
sobre cobertores encima de la paja.
Los sueños comienzan a volar,
deseando el regreso a las casas.

Así recuerdo los veranos de cosecha,
como un tesoro guardado en mi memoria.