Camino por el río hacia Las Fuentes,
Los pies sumergidos en el agua,
las plantas luchando intensamente
con los cantos rodados de las piedras,
intentando el equilibrio de la vida.
Las Hoces del Martín me desafían,
sus paredes, hacia el cielo, me arrebatan,
un escalofrío recorre mi existencia,
caminando hacía el Sur de la esperanza,
con los pies desnudos en el agua.
El intenso azul del cielo me sosiega.
Las piruetas de los pájaros relajan.
El verde de las plantas me atempera.
Pero mi inquietud aún sigue en alza,
sin entender “el porqué” de tantas cosas.
Mucho Sur existe en nuestro Norte.
Todo el Norte sumergido en la zozobra,
sin encontrar solución a los problemas.
Las finas líneas que dividen se disipan.
Todos somos iguales en la Tierra.