jueves, 6 de diciembre de 2012

La verde alameda

Siento en mi interior impotencia amarga,
desazón airada del que nada puede
ante la evidencia que nos desparrama
nubarrones negros sobre la existencia.

Siento ira inmensa, tristeza en el alma,
cuando la sinrazón se ceba, sin causa,
sobre las personas que nos acompañan
en nuestro caminar, en nuestras andanzas.

Pero, al mismo tiempo, tengo la certeza
de que, aunando nuestras voluntades,
conjuntando nuestras esperanzas,
daremos la vuelta a la realidad vana.

Y pasearemos por la verde alameda,
donde el chopo enhiesto hacia las alturas
se aferra a la tierra de suave ribera,
saciando su sed con el agua clara.

sábado, 17 de noviembre de 2012

Paisaje en paz

Frente a mí, la rocha parda
recortada en el azul
del cielo que la ilumina,
igual que un cuadro abstracto
de negros sobre marrón.

A sus pies discurre el río
con sus aguas de cristal,
plácidas y transparentes,
con murmullo celestial
en armonía silente.

Las cañas se bambolean
con su grácil vestimenta,
cual ballet en apogeo,
al albur del viento suave
que sopla sin descansar.

Y los buitres leonados,
abiertos de par en par,
se mecen en las alturas
como si fuesen veleros
navegando por el mar.

Inmerso en este paisaje,
en mi alma se hace la paz.

sábado, 14 de julio de 2012

Escudriñando el Diccionario (4)

apostema
Absceso supurado.

argadillo
1. Armazón o fábrica del cuerpo humano.
2. Cesto grande de mimbres.

baivel
Escuadra falsa, con uno de sus brazos recto y curvo el otro, usada generalmente por los canteros al labrar dovelas.

barrueco
Perla

cohombro
1. Churro
2. Planta hortense, variedad de pepino.

cómitre
1. Capitán de mar bajo las órdenes del almirante y a cuyo mando estaba la gente de su navío.
2. Hombre que ejerce su autoridad con excesivo rigor o dureza.

domingo, 8 de julio de 2012

Sensaciones

Las alteraciones de la salud, aún sin ser graves, influyen de forma sobresaliente sobre nuestro devenir. Ralentizan nuestra actividad física, pero sobre todo la intelectual, de manera que transforman periodos de nuestra existencia en verdaderos paréntesis, que se archivan como pequeñas lagunas en nuestra memoria.
Condicionan y disminuyen nuestra calidad de vida. Entorpecen y dificultan nuestras relaciones en todos los ámbitos. Nos desvían de las actividades cotidianas, haciéndonos tender a la inactividad, en la creencia de que lo mejor es dejar pasar el tiempo a la espera de la mejoría.
He sido "victima" de ello en los últimos meses, debido a los problemas derivados de la intervención de desprendimiento de retina en el ojo derecho y consiguiente operación de cataratas producida por el método utilizado para la fijación de la retina mediante gas.
Y cuando el proceso va llegando a su final y se atisba la luz al final del túnel, uno tiene la sensación de haber perdido el tiempo, de haber desperdiciado momentos preciosos. Y se hace patente el deseo de recuperarlo, tarea del todo inútil, porque el tiempo pasado nunca se puede recuperar.

domingo, 11 de marzo de 2012

Nevada en Los Pirineos

En la soledad del bosque,
soplando la tramontana,
se desprende nieve fría
de las nubes de algodón.
Las encinas se estremecen
al son que el aire les marca,
los arbustos se doblegan
rindiéndole pleitesía.
Sinfonía de sonidos
surge de una dulce orquesta.
Verdes y ocres compitiendo
con una ventisca blanca.

sábado, 4 de febrero de 2012

¿Hasta cuándo?

Estamos viviendo una situación de crisis, tanto política como económica, que no parece tener fin y que se asemeja a la que se vivió en Francia durante el reinado de Luis XIV, el Rey Sol. Basta con atender a una conversación entre el ministro Colbert y el plenipotenciario cardenal Mazarino para darse cuenta de ello. El diálogo transcurrió de la forma siguiente:
"Colbert: Para conseguir dinero, hay un momento en que engañar al contribuyente ya no es posible. Me gustaría, Señor Superintendente, que me explicara cómo es posible continuar gastando cuando ya se está endeudado hasta al cuello...
Mazarino: Si se es un simple mortal, claro está, cuando se está cubierto de deudas, se va a parar a la prisión. ¡Pero el Estado...! ¡Cuando se habla del Estado, eso ya  es distinto! No se puede mandar el Estado a prisión. Por lo tanto, el Estado puede continuar endeudándose.
¡Todos los Estados lo hacen!
Colbert: ¿Ah sí? ¿Usted  piensa eso? Con todo, precisamos de  dinero, ¿y cómo  hemos de obtenerlo si ya creamos todos los impuestos imaginables?
Mazarino: Se crean otros.
Colbert: Pero ya no podemos lanzar más impuestos sobre los pobres.
Mazarino: Es cierto, eso ya no es posible.
Colbert: Entonces, ¿sobre los ricos?
Mazarino: Sobre los ricos tampoco. Ellos no  gastarían más y un  rico que no gasta, no deja vivir a centenares de pobres. Un rico que gasta, sí.
Colbert: Entonces, ¿cómo hemos de hacer?
Mazarino: Colbert, ¡tú  piensas como  un queso de  Gruyere o  como un  orinal  de enfermo! Hay una  cantidad  enorme de  gente  entre los  ricos y los  pobres. Son todos  aquellos  que trabajan  soñando en llegar  algún día  a enriquecerse  y temiendo llegar a  ser pobres. Es a esos a  los que debemos gravar con  más impuestos...., cada  vez más...., ¡siempre más! A esos, ¡cuánto más les quitemos, más  trabajarán para compensar lo que les quitamos! ¡Son una reserva inagotable !"


Es indignante que los desmanes de los poderosos tengamos que pagarlos siempre los mismos, que todo el peso de las crísis económicas caiga como una losa sobre los ciudadanos para exprimirnos hasta la extenuación.
Es insultante la incapacidad de los dirigentes políticos para gestionar los asuntos económicos.
Es asombrosa e increíble la resignación y capacidad de aguante del pequeño contribuyente para soportar estoicamente las situaciones de penuria económica más insospechadas; situaciones que, gracias a la solidaridad familiar, no hacen saltar por los aires la paz social.
Y, ante este panorama, la pregunta es obvia: ¿Hasta cuándo?