En la soledad del bosque,
soplando la tramontana,
se desprende nieve fría
de las nubes de algodón.
Las encinas se estremecen
al son que el aire les marca,
los arbustos se doblegan
rindiéndole pleitesía.
Sinfonía de sonidos
surge de una dulce orquesta.
Verdes y ocres compitiendo
con una ventisca blanca.
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