jueves, 3 de enero de 2013

Las musas

Aparecía el sol tras la montaña,
llegaban las musas a mi mente,
montadas en corceles relucientes,
preñadas de presentes inspirados.
Borbotones de luz en desbandada,
invadían el espacio adormecido,
llenando mis retinas de arcoiris
que estimulaban todos mis sentidos.
Al galope tendido, en mi memoria,
resonaban los ecos de sus cascos,
como si fueran teclas de un piano
acariciadas por manos virtuosas.
Armonía de colores infinitos,
melodía de sonidos afinados,
un regalo, sin duda, inestimable.
Comenzaban las musas su trabajo,
alumbrando en mi mente poesía.

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