Recostado en la ladera
del Serrallón, que es tu espalda,
Benicozar te protege
desde su altura más alta.
vigila todas tus casas,
por el fondo, el río Martín
te tributa aguas claras.
Alcaine anda que anda.
se mira en el Foradada;
oxigena tus andanzas.
Tus barrancos y tus rochas,
tus pinares y tu agua,
tus montes desparramados
sobre todas nuestras almas.
Alcaine viaja que viaja.
Tu universo nos atrae,
nos hipnotiza tu calma,
contagias tranquilidad,
nos das sosiego y templanza.
Aúnas las voluntades
de tus gentes con tu magia,
proyectándote al mundo
con ilusión desbordada.
Alcaine sigue su marcha.
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